Y como las buenas noticias no suelen ir acompañadas de más buenas noticias alguna noticia mala me tenían que dar. ¿Es justo que tengamos que organizar nuestra vida en función de lo que otros desean? Si no nos queda más remedio que hacer lo que otros quieren que por lo menos tengan un mínimo de consideración. Que dejen de tener las narices metidas únicamente en sus asuntos y levanten la cabeza para valorar las opiniones y condiciones de los demás. Que no digan que dan valor a cosas que muy bien saben que no valoran lo más mínimo. Nos inculcan la consideración, la generosidad y la empatía como valores a seguir en nuestro día a día pero son valores muy relativos en su rutina. Que dejen de actuar como si tuvieran la verdad absoluta sobre cada puta cosa que dicen, que dejen de no considerar un posible error en sus malditos cálculos, que dejen de creerse omnipotentes y omnipresentes. Que escuchen, consideren y valoren sólo lo que a ellos les conviene no ayuda lo más mínimo.LC

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