Esas veces en las que te tienes el pecho oprimido y nos sabes demasido bien por qué. Piensas y piensas y le das vueltas a todo lo que ha ocurrido en los últimos días preguntándote si te está ocurriendo una epifanía o te estás volviendo loco. Le buscas explicación a los sentimientos, racionalizas lo que sietes y no te das cuenta de que posiblemente no tenga una razón lógica. Pero aún así intentas encontrarle un motivo. Te sientes mal, raro, diferente. Sientes que te falta algo. Tal vez algo o alguien que te habías acostumbrado a tener y que ya no está.
LC

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