No es fácil ni enamorarse, ni hablar del amor. Escribir sobre él no es que sea fácil, es que es...agradable. Uno busca consejo en sus amigos pero generalmente, acaba haciendo lo que le viene en gana. Comentar el ligue del sábado, explicar a tu mejor amiga que te has enamorado o llorar como una descosida en el hombro de una madre desesperada suele darnos sensación de compañía. Hace que nos demos cuenta de que no estamos solos y de que podemos contar con ellos.
Pero cuando encontramos a esa persona, estamos a su lado, y nos reímos de cualquier cosa por diminuta que sea. Cuando nos apoyamos en su hombro y le damos un beso suave...y otro mas feroz, hasta olvidar que el mundo es mundo y que el tiempo pasa, entonces es cuando estamos perdidas. Es definitivo, le quieres.
L.C.
Pero cuando encontramos a esa persona, estamos a su lado, y nos reímos de cualquier cosa por diminuta que sea. Cuando nos apoyamos en su hombro y le damos un beso suave...y otro mas feroz, hasta olvidar que el mundo es mundo y que el tiempo pasa, entonces es cuando estamos perdidas. Es definitivo, le quieres.
L.C.

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