A mi me gusta jugar con los platos, me gusta hacer malabares con ellos. Hay veces que incluso me gusta romper alguno adrede. Pero a ellas no, o eso parece. Seamos honestos, nadie es tan bueno.A todos nos gusta el fuego, jugar con él y de paso quemar un plato, o dos, o más.
Así que la conclusión a la que llego después de mis muchas experiencias con niñatas de ese tipo es a que la única diferencia entre ellas y yo es que a ellas nadie las ve actuar y a mí sí. Es que yo tengo cara dura y ellas la tienen, pero la esconden.
Pero la diferencia más grande de todas es que es a ellas a las que hay que temer y no a las chicas como yo.


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